Como me suele suceder todos los años por estas fechas, no veo el momento de irme de vacaciones, irme a casa... a Galicia.
Me resulta raro llamar casa a Galicia, de dónde: provengo, nací y a dónde voy a refugiarme de la rutina de la vida.
Sus maravillosas playas, sus maravillosos montes y el óceano...
Ese mar que no logro sacarme del corazón, ni queriendo. Con el mar me sucede lo mismo que con algunas personas...aunque quiera olvidarlas no puedo, las tengo tan integradas en mí, tan grabada, que forman parte de mi Yo.
Y me pregunto... que si yo soy la recopilación de aquello que amo ¿Qué soy entonces?...
Como siempre...la música me trae recuerdos a la mente, y los recuerdos se tornan presentes y se hacen vivencia. Vivo las palabras, vuelvo a sentir las mismas emociones y a veces...ese nudo en la garganta. El nudo de las decisiones tomadas...que sólo se zafa cuando consigues ver el horizonte de aquello por lo que te sacrificaste.
Galicia me trae melancolía... me llena de emociones... Galicia me llena cuando me siento vacía y llena de pena. Y la verdad, es que no estoy venciendo ni estoy luchando...sólo estoy viviendo.
Me gusta acordarme de tí...
Yo Vencí a Ese Algo
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Cuando tomé la decisión de marcharme de mi tierra nunca imaginé que la echaria tanto de menos, ni que la distancia de la familia se convertiria en un pellizco diario y constante en el corazón.
A menudo me pregunto si aqui, lejos de los mios, vivo o sobrevivo, si mis dias no son mas que un ir y venir de horas a la espera de volver a su lado...
Y mientras preguntas sin respuesta me acompañan y gritan alto para que no las ignore, yo sigo luchando, no contra ese algo, si por salir airosa de la batalla diaria.
Comparto tu añoranza y deseo tambien esas vacaciones que me permitan regresar...
Yo Vencí a Ese Algo
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