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Camino sobre un valle verde, donde la hierba me alcanza hasta las rodillas. El verde inunda el suelo con estallidos de color rojo...comienzan a florecer las amapolas... y siento que estoy en paz con la vida que me ha tocado vivir, y comienzo a sentir que la tranquilidad lo llena todo vuelvo a sentirme pleno por dentro, el pecho me hierve, contemplando este escenario mágico.


El azul claro del cielo cubre mi cabeza y no dejo de sentir la ebullición dentro de mí...mi corazón comienza a sentir... siento deseos de correr, de saltar, de girar y girar en el maravilloso campo, en el maravilloso día extender los brazos en cruz y girar y girar en el inmenso mar de amapolas que pisan mis pies desnudos.


Olores refrescantes golpean mis sentidos, caricias suaves de la brisa sobre la piel y me dejo llevar....y comiendo a volar...sobre las montañas y allá a lo lejos....diviso el mar....inmenso mar... y tengo ganas de reir pero comienzo a llorar. Lágrima de mis ojos que cae en la profundidad de mar me lanzo y me surmerjo en la claridad del azul de tus ojos y trato de encontrar lo que allí se me acaba de perder y sólo encuentro algas, rocas peces, mar y más mar
y en la inmensidad comienzo a sentir, que mi corazón todavía late sin parar, que se ilusiona, que ríe y que quiero volver a amar.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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