Que gran decepción me he llevado esta semana, tengo por costumbre comprar por estas fechas el billete para irme a Galicia y me he encontrado con la desagradable sorpresa de que han doblado los precios. Ya no se si pensar si es deseo del destino que este año no vaya a Galicia por diciembre. No sé que hacer...el dinero todo lo puede: entre la matrícula de la Uned, la matrícula de la Universidad de Idiomas y los libros, este año se me ha ido un pastón, parece mentira que a estas alturas los que queremos aprender tengamos que pagar y luego nos quejamos que avanzamos hacia una sociedad vacía...
Me ha pasado el fin de semana sin poder abrir un libro, sin poder leer, con la cabeza un tanto deseosa de desconectar, no acabo de entender que clase de bloqueo tengo en la cabecita que no me deja centrarme, sólo quiero silencio, vaguear, relax... creo que en este preciso momento sería capaz de quedarme dormida sobre el teclado, o mirando lo blanco que es el techo durante horas. Estoy anestesiada y no se por que.
He recibido varios emails de lectores de este blog y es curioso (y no lo es) pero todos dicen que se sienten identificados con la lucha que Yo Vencí y Luchando llevan, y ...¿Sabeís que opino al respecto?. Es una buena señal, todavía tenemos conciencia de algo.
He conocido a una personita estupenda, pero eso me hace sentir miedo, por que me temo el palo a la vuelta de la esquina y no es su culpa, sino la mía, que estoy empeñada en escalabrarme una y otra vez. Además no me gusta dar ilusiones a las personas cuando no hay posibilidad de algo más que una amistad, pero no se a veces internet es puñetero y nuestro corazón se vuelve un poco puñetero también (no lo digo por el mío), y en fin, que no busco el amor y no es por que lo tenga... por que tambien lo tube...y en este momento lo tengo adormecido en algún lugar del que no me acuerdo. Sólo me interesa rodearme de gente que me aporte algo, de gente normal con la que poder mantener horas de conversación coherente, sin malos rollos.
Cuando conozco a una nueva persona, me doy cuenta de la magnitud del sufrimiento que cada uno lleva dentro de sí y me gustaría poder regalarles a todos ellos y ellas un poquito de esperanza, regalarles un poco de positivismo e inmediatamente después de pensarlo, trato de borrarme la idea de la cabeza, yo no estoy en condiciones de dar nada, no por que no tenga, sino por que me estoy pasando la vida regalandole cosas a todo el mundo y por momentos creo que esta sensación de extrañez es debida a que comienzo a sentirme vacia.
Yo Vencí a Ese Algo
Comentarios
Es complicado, sopesar si vale la pena lanzarse o no hacerlo. A veces es una caida sin red, es cierto.
saludos
Lo más interesante para mí es que cuanto más te leo, más me veo... No sólo en lo que dices sino en cómo lo dices. La pasión de las palabras, el dolor del corazón y la felicidad igualmente...
Esa sensación de necesitar relax, de sentir que por momentos podrías dormir eternamente estancada en ese sengundo de tranquilidad, que no felicidad...
Yo me encuentro ahora en un momento en el que también estoy cansada de dar, de regalar, de ofrecerme y de comprender... Ahora necesito ser egoísta, que hagan lo mismo conmigo, con la misma pasión, con la misma entrega... Y sin embargo, no sé pedir...