Por petición de Ramiro, actualizo. (A ver si te aplicas tú también el cuento, que mi pantalla cuando entro en tu blog sigue siempre igual).
A lo largo de la vida repetimos muchas veces una misma escena, y a pesar de conocerla, seguimos sufriendo cada vez que el episodio se repite. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos, tres, cuatro veces. Y es verdad …¿A qué si? ¿Cuantas veces te han dejado tirado? ¿Cuántas veces te han engañado? ¿Se reducen las adversidades o van en aumento?. Si has pensado Sí una sola vez, creo que debiese continuar preguntándote que es lo que no estas haciendo bien.
Lo normal es que tengamos la solución a nuestros problemas delante de nosotros y no seamos capaces de verlos. Y es aquí donde muchas veces entran los amigos. Esas personas –humanas- que te ayudan a verlo todo desde una perspectiva diferente. Te dan sus ojos para que veas como se ven las cosas desde fuera. Y caramba!!! Si que cambia el tema.
Cuando no tenemos a nadie a quien preguntarle, cuando no tenemos a nadie a quien coger la mano cuando creemos caer, cuando estamos solos de verdad entonces comienza el verdadero calvario que nos lleva al autoconocimiento. Nos lleva a luchar contra nosotros, contra nuestra visión, nuestra personalidad e incluso a veces contra nuestro raciocinio. La lucha es agotadora, siempre. Siempre crees que no podrás volver a levantarte. Y como por arte de magia…recuperas la fe. Vuelves a creer en un ser Superior. A creer en tí. Y te levantas y caminas; y pisas el terreno con cuidado con la finalidad de comprobar su firmeza y das un paso y luego otro; el terreno es firme, no hay problema de posibles caídas…
Comentarios